domingo, 27 de enero de 2019

Los mitos del árbol cósmico 2

Los mitos del árbol cósmico 2
(O el árbol cósmico ataca de nuevo)
F. Montesdeoca

Los mitos son narraciones (que cuentan historias); pero, ¿esos acontecimientos existieron? Ése es el problema. Los mitos eran sistemas de creencias religiosas que explicaban los orígenes del mundo, de los seres vivos y del universo. Explicaban la manera en que funcionaba la naturaleza y la realidad en general. 

Además, marcaban normas de comportamiento que estaban guiadas por rituales. En pocas palabras, servían para organizar las maneras de vivir y las creencias de los grupos humanos, ¿y saben qué pasaba entonces?, que los mitos organizaban la realidad. Resulta que estos sistemas religiosos (al igual que los actuales) hacían que la realidad, o diferentes realidades, en distintos lugares, existieran. 

Eso quiere decir que mucha gente (no toda), vivía como si esas ideas fueran verdades, y entonces esas ideas (tal vez sólo las ideas, no los dioses) se volvían realidad a través de las cosas que hacían las personas, como construir templos. Los templos son reales, y muchos de esos templos ahí siguen, a lo mejor un poco en ruinas, pero ahí están. Las estatuas eran reales. Los rituales eran reales. Las palabras y las emociones eran reales. El miedo era real (cuando tenían miedo), o la esperanza (cuando tenían esperanzas, gracias a estas creencias). Por eso luego dicen: “todo está en la mente”, por ejemplo cuando tienes frío o te duele algo: “no”, dicen, “el frío está en tu mente, no pasa nada”, y así, pero mientras convenzo a mi mente de que no tenga frío mejor pásame una cobija.

Pero a ver, entonces las historias de los dioses y que si Cronos se comió a sus hijos, o que si Odín dio a cambio uno de sus ojos para obtener sabiduría (y por eso era tuerto y usaba un parche), o que si los hermanos Ahpú (del Popol Vuh maya) se cortaban el cuerpo en cachitos y se arrancaban la cabeza y lo demás y luego se lo volvían a pegar y revivían, o que Zeus controlaba el rayo y gracias a eso venció a los gigantes… Estas historias, ¿fueron ciertas? Pues no, aunque sería bueno que todo eso hubiera sido cierto. Pero existen, esos acontecimientos, como ficciones, y las ficciones, como una novela, son reales, aunque no exactamente lo que cuentan, pero siempre hablan de verdades de la existencia, como el odio, el amor, las luchas y las aventuras, sólo que de manera simbólica; pero igual podemos aprender mucho cosas sobre la vida en esas historias.

Las religiones actuales, como el hinduismo, el Islam, o el catolicismo, entre otras, siguen teniendo millones de creyentes en el mundo, y organizan sus vidas (unos más otros menos) de acuerdo con sus creencias. Y ésta es la diferencia entre un sistema mítico (una mitología) y un sistema religioso. Consiste en que no es posible decirle a un creyente que su religión es un mito. Y a lo mejor no lo es. Sin embargo, las religiones se oponen: el catolicismo no cree en el hinduismo, ni viceversa, por ejemplo. Lo que puede ser cierto es que todos los sistemas religiosos, antiguos o actuales, tienen cosas parecidas, y hasta se parecen muchas veces a las explicaciones científicas. ¿O ustedes qué creen?


Mitema
Ahora, la palabra “mitema”: las coincidencias entre sistemas religiosos son, básicamente, los mitemas. Un mitema es una idea base (una idea “raíz”) que comparten varias culturas, a través del tiempo y los lugares, como forma de explicación del origen y funcionamiento de algo, en el mundo, o en el universo, y dentro de un sistema religioso no vigente (o también vigente). 

La idea puede tomar diferentes formas pero, básicamente, es la misma. Para terminar, son un “arquetipo”, del griego arjé o arké: elemento básico o principal; y typos: modelo, es el “modelo principal” que sirve para desarrollar otras formas que repitan lo esencial (las características principales) de ese modelo. Para los griegos, un arquetipo era un modelo que representaba el ideal de la perfección.

El mitema del árbol
El concepto de un árbol sagrado, que es el mundo completo, o el universo (el cosmos): un árbol cósmico, un árbol de la vida, es entonces un mitema o arquetipo que comparten distintos sistemas míticos (o mitologías) en el mundo. 

Van algunos unos ejemplos del mitema del árbol en diferentes culturas:

Egipto
Los primeros dioses egipcios fueron dos parejas: Shu y Tefnut (lo húmedo y lo seco) y Geb y Nut (el cielo y la tierra). ¿De dónde salieron?: ¡de un árbol! La acacia, que es ese árbol espinoso que existe en varios países de África. Las jirafas se comen sus hojas en los documentales de National Geographic. 
Bueno, el caso es que los egipcios consideraban a este árbol como el “árbol de la vida”, en el cual se encerraban la vida y la muerte. Y otro árbol, el sicomoro, que también era sagrado para los egipcios, estaba en el portal entre la vida y la muerte.
China
Una figura de esta cultura es la del Árbol de La Vida que representa la inmortalidad. Se trata de un duraznal, que es un árbol más bien bajo, que en una temporada del año se llena de flores de un color rosa intenso, y que está asociado a la figura de un dragón o bien de un Ave Fénix. Esta ave cuando muere se enciende hasta quemarse por completo, y luego renace de sus cenizas (¿se acuerdan de Harry Potter y la orden del fénix o de Narnia, el príncipe Caspian? Bueno, pues ésa). En China, tanto el dragón como el Ave Fénix, representan la inmortalidad. Estos dos animales son también “mitemas” que comparten varias culturas. El Árbol de la Vida chino renace (como muchos árboles), tras el invierno.
Mesoamérica
Los árboles del mundo mesoamericano, entre los pueblos olmecas, mayas, mixtecos y aztecas, entre otros, representan el centro del mundo, del que parten los cuatro puntos cardinales, que conectan el cielo y el inframundo con el mundo. Ya vimos que para los mayas este árbol sagrado era la ceiba.
El árbol del Tule, entre los aztecas, estaba asociado al Árbol de la Verdad. La especie a la que pertenece es el ahuehuete. Es bueno saberlo, y además, tenerlo cerca, porque si uno quiere saber si alguien nos está diciendo la verdad, podríamos llevarlo ahí para comprobarlo. A los políticos, por ejemplo, no les gusta pararse mucho tiempo abajo del árbol del Tule, pero sí a los novios, porque así pueden comprobar si de verdad se aman tanto como dicen o si es puro cuento.

Catolicismo

Todos sabemos del árbol de la ciencia del bien y del mal, o árbol del conocimiento, que tan malo resultó para Adán y Eva. 
En el árbol del bien y del mal el fruto, la manzana, representa a la sabiduría, que es un atributo de Dios, que habita en el cielo. Al mismo tiempo el inframundo, el infierno, está representado por la serpiente que se arrastra por sus raíces y se esconde en madrigueras, cuevas y bajo las piedras. 
Pero, ¿sabían que también existía un segundo árbol en el Paraíso Terrenal? Era un árbol que ofrecía la vida eterna a quien lo comiera. Luego del “pecado original”, Dios expulsa a Adán y Eva del Paraíso para que no coman su fruto.

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